El inversor en este sistema de energía solar desempeña un papel crítico, comparable al corazón en el cuerpo humano. Este dispositivo electrónico y de potencia es el encargado de transformar la corriente continua generada por el arreglo fotovoltaico en corriente alterna, que es la forma de electricidad que utilizamos en nuestros hogares y negocios.
En la fase de corriente continua, el inversor realiza un seguimiento minucioso del comportamiento del arreglo fotovoltaico. Su objetivo es encontrar el punto de máxima potencia, donde se genera la mayor cantidad de energía posible a partir de la luz solar. Esta optimización es esencial para garantizar un rendimiento óptimo del sistema y aprovechar al máximo la energía disponible.
En la fase de corriente alterna, el inversor realiza una tarea de sincronización crucial. Monitorea constantemente la red eléctrica para asegurarse de que la electricidad generada por el sistema fotovoltaico se inyecte de manera segura y eficiente en la red. Esta función permite contribuir a la red eléctrica y, en algunos casos, obtener créditos por la energía excedente.
